A veces por situaciones imprevistas muchas familias dejan de tener los recursos necesarios para continuar con el pago de su crédito hipotecario. Aquí te decimos las consecuencias y la mejor solución.
De acuerdo con la Sociedad Hipotecaria Federal, de los 34 millones de casas que integran la oferta residencial del país, 84% corresponde a vivienda propia y 16% en renta, es decir, los mexicanos prefieren invertir su dinero en la compra de propiedades.
Las búsquedas en Internet también concentran un volumen importante cuando de créditos hipotecarios se trata, por ello, antes de pensar lo peor, acude a la institución que te otorgó el financiamiento y busca renegociar las condiciones; por ejemplo, se puede modificar la duración del crédito a cambio de una reducción en el monto del pago.
En caso de no llegar a un acuerdo, la situación de la falta de pago podría pasar por estas etapas:
1) Un mes después de que se dejó de pagar, el banco se pondrá en contacto para verificar el motivo; si se liquida el adeudo, se hará con los intereses de demora correspondientes. La mayoría de las instituciones tratarán de negociar y es el momento ideal para reestructurar la deuda.
2) Si ya han transcurrido de tres a cuatro meses de retraso en el pago, éste ya se considera mora legal y la institución bancaria puede hacer el requerimiento de pago de manera formal. Si la situación económica del deudor está por mejorar y se van a reanudar los pagos del crédito, es probable que el banco otorgue la opción de dar un pago inicial (de entre el 30% y el 70% del total del adeudo) y continuar.
3) Si la ausencia de pago excede los seis meses, el banco puede ejecutar la garantía del préstamo, es decir, embargar la propiedad para recuperar el dinero. Una vez embargado el inmueble, será parte de la oferta de remates hipotecarios.
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